Abrio los ojos.De alguna forma, supo que habia despertado el silencio, mas estruendoso en ocasiones que mil sonidos distintos o incluso una explosion. Y el silencio en casa de Camila era muy intenso, estaba cargada de sensaciones y presagios.Miro a su alrrededor, las paredes llenas de posters y fotografias, la ropa tirada por el suelo formando montones; el desorden natural de cualquier habitacion. Luego miro el vacio en la cama, a su lado, donde antes habia estado el cuerpo de su novia.Iba en calzoncillos pero no se molesto en ponerse los pantalones. Salio de la habitacion y se metio en el baño, para lavarse la cara y refrescarse la nuca. Se sintio un poco mejor despues de ello, y enonces busco a Camila.No tuvo que buscar mucho, tampoco esra dificil a pesar de que el piso era bastante grande. La encontro en la sala, acurrucada, sentada en cuclillas en una butaca, abrazada a sus propias piernas desnudas, con la cabeza apollada en las rodillas y la mirada perdida.Le parecio sugestivamente sexy, un sueño, hermosa y sugestiva.No tenia mas que alargar una mano y tocarla.Pero no lo hizo.Una barrera invisible los separaba de forma mas implacable que si hubiese sido de piedras y cemento. Camila sabia que el estaba alli,de pie, y sin embargo no se movio, ni un poco. Nada. Siguio en la misma posicion, con la mirada perdida.Hector sintio el peso de una culpa muy grande, aplastandolo.El mismo peso y la misma culpa que la estaban aplastando a ella.No hablo, no dijo nada. Se sento en la otra butaca, o mas bien se tendio en ella, con los pies colgando por un lado y la cabeza apoyada en el otro. Y dejo su mirada en el techo.Los minutos empezaron a devorarlos como termitas.